Altos decibelios y calidad core se pudo respirar en la sala The Hall de Málaga el pasado sábado, una noche tranquila de otoño perfecta que invitaba a asistir, como no podía ser de otra manera, a un buen bolo de metal. Pero, por desgracia, parece que sí podía ser de otra manera, pues, al margen de la frase hecha, el ambiente gélido y ventoso en la zona de Huelin, donde se encuentra el recinto, presagiaba una soledad impropia para las prometedoras bandas que se daban cita en el escenario. Nada más lejos de la realidad, la sala The Hall presentó durante toda la noche una triste entrada y presencia de público, dejando un ambiente desangelado para la alta temperatura que la música transmitía. Duele tener que empezar así una crónica, pero no podemos dar la espalda a la realidad y abrazarnos al verbalismo positivo. Fue una auténtica pena ver tan solo unas tres decenas de personas que formaban entre dos y tres raquíticas filas y, por qué no decirlo, con una actitud demasiado tranquila y parsimoniosa para ser un público de metal. Málaga, en cuanto a música en directa fuera de lo mainstream, o despiertas o te vas a seguir muriendo desangrada tarde o temprano. O hacemos que lo que tanto nos gusta, escuchar y ver esas bandas emergentes o de menos repercusión en las tablas, sea rentable y merezca la pena, o desgraciadamente nos quedaremos sin ello, y se irán con la música a otra parte, donde quieran escucharla, sentirla y vivirla. Dicho esto, vamos a hablar de los maravillosos grupos que nos acompañaron.
Abrían la noche Sin Miedo Al Océano, que buen y acertado nombre han elegido estos muchachos, parece que llevan toda la vida tocando de esa manera tan brutal, y sin miedo a nada, como bien demostró el bajista, que, lesionado de su muñeca izquierda (malditas mudanzas…), no se quiso perder la ocasión de tocar con sus compañeros y le echó valor en el micro para cantar casi a dúo con el vocalista principal. Buenas y trabajadas voces, guitarras muy pulidas y batería con consistencia y polivalencia. Prometedora banda local malagueña que fue grata sorpresa para servidor.
Turno para Blaze the Trail. Fogonazo musical de altos quilates. El metal que practican los pucelanos es una delicia inclasificable, tocan todos los tintes y lo hacen muy bien. Los cambios de ritmos vertiginosos y las melodías, tanto vocales como musicales calzan de maravilla para una propuesta valiente, original y muy personal. Merece la pena echarles el oído y darse el placer de verles en directo en cuanto se tenga la ocasión.
Cerraban los vecinos granadinos de Inyourface. Y sí, ciertamente te pega en toda la cara, en todo el cuello y en todo el tímpano. Se podrían definir perfectamente como la energía personificada en banda. Brutal el despliegue físico y la actitud en un escenario. De largo los que más calorías quemaron en toda la noche en Málaga, es imposible moverse más y transmitir esa energía precisamente. La armonía y sintonía entre sus componentes es otro elemento digno de mención. Puro puñetazo en directo, ya su música es otra pieza clave que acompaña perfectamente su buen quehacer en la tarima.
En resumen, una noche con un menú de metalcore muy gratificante en la que uno se queda con la sensación de fastidio por no haberlo podido disfrutar mucha más gente. No perdáis la ocasión de ver a este trío de ases del metal emergente en directo y te irás a casa con collarín, pero contento.
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POR: ADRIÁN MADUEÑO ALARCÓN