Los Renos atacan de nuevo, volviendo a provocar carcajadas y reflexión a partes iguales en este año con su flamante nuevo disco Hostiopatía, el que supone su ya sexto álbum de estudio, tras algo más de una década sin descanso, consagrándose más si cabe una de las bandas más originales, diferentes y controvertidas del panorama metalero nacional.
Los vascos proponen una apuesta atrevida en sus canciones que se puede interpretar como una frivolidad de asuntos tan serios, y últimamente andamos con la piel muy fina. Eso, y que no a todo el mundo le gusta el rock cómico, la hacen una banda única y valiente. Ya lo dicen ellos en este disco: “letras de humor no toleramos… pero nos flipan Obús”, así entona “Eres Trve”, un tema crítico con el postureo metalero, mitos y paradojas, así como el fanatismo. Jevo Jevardo y los suyos se caracterizan, además, por unos originales títulos y portadas, con los juegos de palabras y la coña como principales protagonistas, así como montajes y dibujos llenos de detalles. Y nadie queda indiferente, nadie está a salvo de la mofa y en algún momento nos sentimos como el centro de la diana en alguna frase, pero si tienes sentido del humor, seguro que lo entiendes y te ríes. ¿A qué hemos venido al mundo si no?
Hostiopatía está compuesto por quince “hostiones”, disco largo, como viene siendo habitual en la discografía del Reno, con temas de diversas índoles y sonido, cada vez más pulido, densos, de lenta cocción. El disco abre con una alegoría propia de la temática principal del mismo, una declaración de intenciones: hostias por todas partes (nadie se salva, recuerden), cuya víctima aquí parece ser un personaje que nos resulta muy familiar. Continúa con la historia del típico compañero de piso tocapelotas, música contundente y buen ritmo. La Gente es Imbécil, un hit hecho para el directo, fresco y atrevido que roza el electropop por momentos y que expone situaciones (en las que te encontrarás) en las que somos… imbéciles. Turno para los sanotes, esa gente obsesionada con el fitness, culturismo y la eterna dieta para mostrar al mundo nuestra superficialidad. Con Conspiranoid encontramos el rock más clásico de la banda, y lo hacen para poner en tela de juicio todo aquello que se da por sentado. Para reflexionar mientras te ríes, ¿y si nada es como nos lo han contado?
En Hostiopatía también hay lugar para la balada, saquen sus mecheros para Cinta Americana, que nos pone tiernos con una lenta historia enfermiza y divertida. Los camareros se sentirán identificados con Cafelitos, por esa gente que pide Dios y Tierra en un bar cuando está hasta arriba, mostrando una pobre empatía por nuestros/as camareros/as. Musicalmente brillante. A continuación, los Renos nos regalan una joya para nuestros amigos que se van haciendo viejos en el día de su cumpleaños; para cantarlas a coro. Con Forfait vuelve la parte más rítmica y clásica de la banda. Buenas guitarras, con espacios para lucirse. Huele mi ombligo nos sorprende con un formato inédito en el disco, death speed metal que invita a un bonito pogo en el directo.
La recta final del disco toma peso con un tema de pura e inmediata actualidad: Ofender. Un tema acertado con los tiempos que corren, la facilidad con la que nos ofendemos, los Reno son conscientes y se las resbalan, porque no quieren sentirse como los “ofendiditos”. Buena pieza. El Megalodón encierra las esencias más puras del Reno, coña a niveles estratosféricos. Unas vacaciones terribles en una playa en la que nadie se salva de su colleja. Guasa y cachondeo en una canción que puede dar mucho juego en directo entre público y Renos. Finaliza la Hostia con, un ya clásico, mix final de larga duración, en el que mezclan varias canciones mainstream del momento con las letras versionadas en clave de humor. Gloria o Sofía se dan cita en la fiesta, que invita a juerga. No te vas a aburrir.
Las letras del Reno son de humor, parodia, pero la música que llevan a cabo son tremendamente serias, y producen placer en lugar de risas. Alta calidad y de lo más variada, tocando numerosos palos del metal, power, trash, nu o death, pasando por el rock más clásico e incluso pinceladas de neogrunge. Una serie de argumentos musicales que hacen de los vascos una gran banda y tomarla muy en serio… aunque no dejes de reírte.
RESEÑA: Adrián Madueño Alarcón
FOTOS: El Reno Renardo