EL NOVEMBER METAL FEST ESTRENA SU FORMATO DE DOS DÍAS EN SU CUARTA EDICIÓN CON UN CARTEL DE ALTA CALIDAD.
Con veinte minutos de retraso abría sus puertas la Urban Rock Concept en la jornada del viernes. Nada reseñable, pero es que fuera hacía mucho frío. Las pruebas de sonido se habían alargado por algún problema con la aerolínea del grupo que hoy ejercía de cabeza de cartel, según oí comentar.
Casi sin tiempo para una caña empezaban los Phoenix Rising a dar guerra. Este es uno de esos grupos veteranos que todo el mundo conoce en la escena del power metal nacional. Disfrutaron de un sonido limpio y nítido, sin barullo. Bien sincronizados y compactos en sus ejecuciones. Hicieron un setlist bastante variado, repasando ampliamente la historia de la banda en los cincuenta minutos que estuvieron sobre el escenario. En algunos momentos de tirar de agudos la voz se vio un poco justita, cosas del directo, pero es que los dos vocalistas que vendrían a continuación son excepcionales, y la comparación es inevitable.
Tras un cambio rápido, salen a escena Against Myself. Era la primera vez que me cruzaba con este grupo y apenas los conocía de un par de videos en las redes. Metal sinfónico con voz femenina hiper aguda en ocasiones, y pasajes instrumentales progresivos muy interesantes. Se presentaron sin teclista, pero con todo el tema sinfónico pregrabado. Muy sueltos en el escenario, y con mucho más espacio al ser menos que la banda anterior, pudieron hacer un show muy dinámico con un guitarrista y bajista muy activos en el escenario, moviéndose y dando espectáculo. La voz no defraudo y llegó a esos estribillos imposibles de ópera que prometen en sus grabaciones.
Y para terminar el viernes tenemos a Derdian, banda italiana muy veterana, que venía presentando su noveno álbum, que se ha editado hace apenas un mes. Con Ivan a las voces, conocido por ser también el vocalista de Vision Divine, se curraron un set de 90 minutos de power metal sin descanso que hizo las delicias de los asistentes. Power Metal hiper técnico de la mano de músicos súper experimentados, que en ocasiones engarzaban con temas mucho más progresivos como su canción Mafia, que nunca falta en sus directos. Seis músicos en escena sin pre grabaciones que valgan dándolo todo. Lamentablemente, en una actuación tan larga hubo algún momento de descoordinación donde se oía un poco de barullo y se perdía la nitidez que en otros momentos brillaba. Me imagino que el cansancio de los músicos también hace de las suyas.
En definitiva, una primera jornada de altísima calidad. Me quedé tomando un par de tragos y saludando a los músicos un rato y me desplace al alojamiento que me había cogido para no conducir, ya que mañana volvería.
El sábado se abre la puerta puntualmente y me sorprende la cantidad de gente que hay en la calle. Es habitual que en el momento de los cabezas de cartel la sala este de bote en bote, pero la gente normalmente llega gradualmente. El sábado no, para cuando salieron Koven al escenario la sala ya presentaba una buenísima entrada, mucho más abundante que la que asistió el viernes.
Koven es una banda que no conocía, pero para eso sirven este tipo de evento, para que puedas conocer a estas bandas que dan un gran directo. Banda que se presentó con seis integrantes y voz femenina en castellano. Apenas había visto ese mismo día unos cuantos reels en la página del festival para hacerme una idea, y os diré que es una banda que en directo suena mejor que en el disco. La voz femenina no suena tan arriba en la mezcla ni tan aguda. Mucho más equilibrada, y hace que la banda funcione bien. Se les notan los kilómetros a la espalda y el haber tocado aquí y allá. Buenas ejecuciones y buen sabor de boca en los treinta y cinco o cuarenta minutos de que dispusieron. Me la apunto para disfrutar de ella en directo con más calma y en formato más largo.
Delenda Est. Grupo local jovencísimo. No me preguntéis qué estilo tocan… Lo mismo tocan un tema de rock progresivo que en la siguiente empiezan con un riff thrash metalero… Una amalgama que podríamos calificar de “metal sin complejos”. Jugaban en casa y subieron a disfrutar. Aunque durante el primer tema se oyó un incómodo pitido, enseguida se corrigió y pudieron dar un show contundente que dejaron como tarjeta de presentación a los que no los conocíamos. Músicos muy jóvenes que están buscando su camino, su estilo, … pero que ofrecen un buen espectáculo y que si siguen esa línea pueden ser una banda de primer nivel a medio plazo. Una voz femenina muy personal y una forma de hacer las cosas “a su manera”. Canciones con estructuras complejas; no encontraréis aquí el estribillo fácil repetido hasta la saciedad. Les seguiré con curiosidad.
Pasamos a Elisa C. Martin. Esta mujer está hecha para los escenarios, es así. La sigo desde los tiempos de Dark Moor y luego con Fairyland, pero debo confesar que después le perdí la pista, hasta que apareció su disco en solitario el año pasado. El disco es un poco clásico de estilo para mi gusto, pero no cabe duda que con una producción cuidada y un buen álbum. Ella venía advirtiendo en redes que no estaba a tope de salud y no sabía qué esperar… pero el resultado fue bueno. Salió con toda la energía y las canciones que cantó hicieron las delicias del público. Tal vez por no estar al cien por cien, hubo unos parones de esos que cortan el rollo a la audiencia. Solo de batería sempiterno (hubo gente que hasta salió al cigarro) y pasados unos cuantos temas una sección instrumental de solos y más solos para nada necesaria. Esas cosillas que cortan el ritmo a una audiencia entregada y la hacen desconectar.
Disfrutamos de un tema en el que invitaron a subir a la cantante de Koven, y un clásico de Dark Moor. ¿Qué más se puede pedir? Una hora de metal sólido y de alto nivel, que podrían haber sido cuarenta minutos francamente espectaculares sin las ausencias de Elisa en el escenario. No nos engañemos, con todo, uno de los mejores shows de los dos días de festival.
Cambio de escenario y aprovechamos para tomar una caña y visitar el baño. Y empieza a sonar la intro de las Burning Witches con unas voces narrando que ponen los pelos de punta. De repente salen al escenario literalmente saltando. Increíble derroche de energía. Sinceramente, no soy un fan. No me van. Pero tengo que reconocer que tienen un directo que atrapa, aunque no conozcas ninguna canción. Nada pregrabado. Todo es real. Todo analógico. Con sus amplis Marshall de toda la vida.
Salieron como una apisonadora de energía y demostraron el alto nivel técnico. A veces veo estos grupos que tienen componentes de diferentes ciudades o partes del mundo y pienso que eso se nota, que la falta de ensayos puede afectar a lo compacto del sonido. Pues os aseguro que eso no pasó con las Witches.
Hora y media de show sin tregua, compacto, con un sonido excelente y desplegando ese magnetismo que tienen. La cantante incluso bajó entre el público y se metió detrás de la barra de la Urban mientras seguía cantando el tema. Todo el mundo disfrutó del show, y de la cercanía que mostraron ellas, tanto durante el concierto como después firmando todo y haciéndose fotos con la gente.
La verdad, dos días de conciertos, en este tipo de festival del que ya soy fan (creo que es mi tercera vez), y al que espero volver el año que viene si siguen en esta línea de calidad. Un cartel excelente que los amantes del metal agradecemos.
FOTOS
Crónica: Pablo Balaustrada
Fotos: Unai Sarasola