Habla de una pausa necesaria que tomé hace un tiempo para alejarme de todo. Necesitaba dibujar ese punto y aparte de algún modo. En otras ocasiones la pausa y su decisión las grabé en mi piel, esta vez salió en forma de canción. Fue como soltar un peso que andaba cargando hacía mucho, porque una siente que tiene que estar ahí o allá, que debe hacer esto o lo otro, que tiene que… En el momento en que ese “tener que” estuvo demasiado presente, fue necesario tomar distancia. Vivir en sí y el modo en que lo hacemos, van desde dentro hacia fuera y no puede dictar las normas el afuera. En qué convertirnos solamente deberíamos decidirlo cada un@ y a cada paso, permitiéndonos errar, investigar, jugar, cambiar.
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Escribí esta canción hace algo más de dos años cuando pensaba en soltar toda la presión que ejercían sobre mí mis propias expectativas, las de los demás, los sueños cumplidos, incluso los que ya no me importaban. Sé que lo descubrí mucho antes, pero fue al escribirla cuando sentí que había soltado toda falsa ambición, que me había despegado de lo que se suponía que debía hacer, ser o cantar.
Necesité distancia y una larga pausa para escribir desde otro lugar, para reconocerme, para dejar espacio a que naciese algo sin planificar, sin esperar, sin pretender. Tomé el tiempo y la soledad suficientes para saberme fuera de todo y sentir que igualmente sigo viva y el mundo sigue su curso, para recordarme que puedo tomar mil caminos que no son el que venía andando por costumbre o por estar marcado, para tomar decisiones desde la propia voluntad de andarlas o abandonarlas. “Todo cambia”, cantaba Mercedes Sosa, y yo sentía que nada iba a ser lo mismo.
He cantado “Con la menor gravedad” en varios conciertos y durante este tiempo ha sido muy necesaria para mí, ahora es momento de compartirla porque tenía razón mi instinto: nada ha vuelto a ser igual. Abrí la puerta con el single “Sant Joan”, con mi vida en Menorca y con otros profundos detalles, a una parte de mí que al parecer se moría por vivir, y le he querido dar todo el espacio que necesitaba. Se acerca un trabajo diferente, que se ha gestado durante los dos últimos años en esa visceralidad, desde que me permití la libertad de llevar a cabo algo muy íntimo y grande para mí. “Llar”, mi primer disco en valenciano, mi lengua materna, está en proceso y “Con la menor gravedad” despido alguna parte de mí, doy la bienvenida a algunas que siempre estuvieron y no quise ver y acepto las que siempre estarán. Que la vida me borre los bordes, que estoy por llenar.