“Al facha, con el hacha” así se podría resumir este nuevo disco de una banda mítica de la margen izquierda del Nervión, Distorsión (pareado incluído). Pues eso, creo que queda bastante claro lo que te vas a encontrar en este disco de Josu y los suyos: mensajes directos sin metáforas, punk-rock y mucho cachondeo, una fórmula que le ha funcionado al grupo desde sus inicios allá por los años ochenta.
Doce canciones en menos de media hora, filosofía de la vieja escuela que, no por vieja, se encuentra desfasada ya que, a mi entender, quizás haga más falta que nunca.
El disco empieza punki, muy punki con “Vais a morir todos” y un mensaje reivindicando la locura y la rareza de cada uno en un mundo en el que cada vez hay menos.
Le sigue “Dime cuando” mucho más rockera clásica, con unos riffs pegadizos y muy bailable y coreable, aunque cuál de Distorsion no lo es…
La tercera canción que da nombre al disco, “El punky del hacha” retoma la senda punkarra con la que se empieza el plástico pero sólo en cuanto a letras porque, a pesar del título, la música sigue siendo muy rockanrolera y bailonga también. No creo, como dice el tema, que los fachas se escondan mucho con temas tan pegadizos como este.
“La bicicleta nueva” un poco más sosa (por lo repetitivo de su letra) se olvida pronto con la loca “Mamá” y “Pa’ti el tripi” esencia pura made in Distorsión. Según las oyes, te llevan directamente a un directo del grupo Barakaldés, que pueden sonar seguidas a la perfección.
Sin darnos ni cuenta, estamos ya en el corte número 8 “Niñatos Generación” y es que, es lo que tiene ser punki, que en diez minutos te tocan 8 temazos. Música que se tendría que oír más en las generaciones actuales como reza esta canción.
“Mantis religiosa” recuerda a Tijuana in Blue, tanto en música como en letra. Un poco larga tal vez, pero bueno, alguna tenía que pasar de los dos minutos y medio.
“Rock’n’roll” un canto de amor de la banda al estilo musical que llevan practicando más de 30 años. Coreable hasta el infinito en los conciertos también seguro.
Para acabar el disco, “Cumplemuertes feliz”, letra cachonda propia del grupo y “El nuevo juramento”, que cambiando a un sonido más garajero, dedica una serie de piropos repetitivos al partido político Vox. Utilizan esta última canción para presentar al grupo y para cerrar un disco bastante bueno, sin miramientos ni fórmulas nuevas, pero que se deja escuchar con facilidad, como viene siendo común entre los trabajos de esta banda.
Texto: Madina