Camino de La Rivera madrileña, creo que casi cualquiera en el autobús podría haber visto humo saliendo de mi cabeza y es que no era para menos… La ciudad poco a poco va despertando de la fea pesadilla de dos años sin ocio del que de verdad de verdad nos gusta, y las expectativas y las dudas eran muchas: ¿cómo sería volver a un concierto grande?, ¿cómo reaccionaría la gente? y la duda en un evento así ¿sería un ejercicio de nostalgia o “estaríamos” Obús y yo mismo realmente allí?
Demasiadas preguntas, tal vez consecuencia de olvidar a donde ibas realmente… Y es que bastaron los segundos de atravesar el umbral y llegar a la sala para tenerlo claro: a una fiesta, veníamos a una fiesta y, siendo así, la Bon Scott Band… ¡¡¡siempre en mi equipo!!!.
La banda, curtida en mil y una batalla, nos abrumó nuevamente con su buen hacer y buen rollo, obsequió al público con sus clásicas versiones de “Whole Lotta Rosie”, “Back in black”, “Thunderstruck” o “Highway to Hell”, por citar algunas, que nos supieron a todos a gloria y nos hicieron darnos cuenta de cuánto echamos de menos a los Young, pero que, si la banda original no pudiera volver a visitarnos, tienen unos inmejorables portadores de su llama en la banda española. Cañeros, divertidos y con ganas, se metieron al público en el bolsillo a la espera del plato fuerte…
Y este, no se hizo esperar: apenas pasados unos minutos de las 21 salía Obús al escenario.
Habiendo asistido a buena cantidad de sus conciertos, y siendo consciente de lo que pueden ofrecer (pero también de que el tiempo pasa para todos y que han sido casi dos años en el dique seco, virus mediante) la expectación era máxima y una cosa quedó clara desde que tomaron el escenario: Fortu y los suyos no iban a decepcionar a nadie.
“Necesito más”, la canción elegida para abrir el concierto dejó claro cuál iba a ser la tónica de la noche: una banda en un estado de forma excepcional y un público dispuesto a llevarla en volandas en su 40 cumpleaños.
Y es que si algo me llamó poderosamente la atención, es el estado en que se encuentra un grupo al que no solo parece no haberle pasado factura la inactividad, si no que como esos viejos boxeadores ha ido ganando libra a libra de puro músculo, lo que sumado a su veteranía hace que puedan volarte la cabeza de un golpe.
¡Y vaya si lo hicieron!… Tras regalarnos “Viviré”, “Sin dirección” y “Cualquier noche sale el sol”, nos llegó la primera andanada de la noche, en forma de un “El que más” que puso La Riviera patas abajo y a la que siguió “Mi amigo el diablo”
La gente bailaba y cantaba y había ese compadreo clásico de los viejos tiempos, tomando un ligero respiro con “Callate”, antes de que “Pesadilla nuclear” y muy especialmente “Te visitará la muerte” hicieran que todos y cada uno de los que allí estábamos nos dejáramos la garganta coreando las letras mientras, Paco Laguna y Luisma Hernández se comían el escenario.
Tras “Que te jodan”, Fortu aprovechó para dirigirse al público y tener unas palabras de cariño y agradecimiento tanto para la innumerable cantidad de amigos, como para todos y cada uno de los barrios de ese Madrid que le acogió y en el que Vallecas tiene un sitio privilegiado en su corazón.
Fue momento entonces para que Fortu, un auténtico león enjaulado que no paró de animar moverse por el escenario en todo el concierto, pisara de nuevo el acelerador llevándonos de paseo por una “Autopista” que desembocase, sofá en escenario mediante, en uno de los momentos más bonitos de la noche en forma de “Complaciente o cruel”.
“Juego Sucio”, “No me lo digas” o “Esta ronda la paga Obús”, nos hicieron envidiar los 61 años de estos tipos que, con nos sorprendieron adornando “Mentiroso” con una batucada (cortesía de la escuela Bloco Manglar) algo que no negaré al principio me chocó, pero que no le sentó del todo mal.
Pero las sorpresas no terminaron aquí, Luisma Hernández cedió el bajo a Fernando Montesinos antiguo bajista del grupo, que los acompañó además en “Solo lo hago en mi moto” y un “Dinero, dinero” directamente demoledor al que solo “Va a estallar el Obús” (ya de nuevo con Luisma a las cuatro cuerdas) pudo hacer sombra.
La presentación de la banda y unos solos para nada pesados (algo nada fácil) y en los que un inspiradisimo y tremendo Carlos Mirat se nos metió a todos en el bolsillo, nos prepararon para la recta final que comenzando con “Sangre de Rock N’ Roll” debía cerrarse como solo podía hacerse, brindando a la salud de la banda con un “Whiskey con hielo” antes de gritar todos con la piel erizada con un “Vamos muy bien” que, con una sonrisa y ¿por qué no? una lagrimilla nostálgica en los ojos, cerraba una noche espléndida, que la banda decidió hacer rodeada de técnicos y amigos en el escenario.
40 años después Obús demostraron no solo que el que tuvo retuvo, sino que siguen siendo unas auténticas bestias escénicas, con (posiblemente) uno de los mejores frontmans del rock patrio y con un repertorio envidiable….
Yo que tú, trataba de cazarles en esta gira…
SETLIST OBUS
Necesito mas
Vivire
Sin dirección
Cualquier noche sale el sol
El que mas
Mi amigo el diablo
Callate
Pesadilla Nuclear
Te visitará la muerte
Que te jodan
–Speech–
Autopista
–Sofá–
Complaciente o cruel
Juego sucio
No me lo digas
Esta ronda la paga Obus
Mentiroso (batucada Bioloco Manglar de Pinto)
Solo lo hago en mi moto (& Fer. Montesinos)
Dinero, dinero (& Fer. Montesinos)
Va a estallar el obus
–Presentacion banda & solos–
Sangre de RockNRoll
Whiskey con Hielo
–Brindis–
Vamos muy bien
Texto: MAAG
Fotos: MAAG