De Málaga al cielo. El pasado sábado 25 de mayo Málaga sentía un cosquilleo especial, un aroma celestial, y es que volvía a sus sagrados aposentos la santa banda El Altar del Holocausto desde Salamanca, previa parada en la santa ciudad de Granada la noche anterior. Ya ansiaba sus nuevas homilías después de haber puesto la antigua Velvet Club patas arriba en octubre de 2017, en el Viacrvcis tour. Tras la salida de IT, tanto la banda, como los fieles de Málaga, no quisieron dejar pasar la oportunidad para santificarse en una noche mágica y vibrante. En esta cálida noche de sábado, la Cochera Cabaret aguardaba.
Tras la apertura de puertas y la llegada de fieles, la congregación y adoración ante el santísimo Altar montado en el escenario, de una exquisitez maravillosa, hacía saborear la espera de los hombres de blanco. Cuando al fin se asentaron en el escenario, cogieron sus santos instrumentos tras darnos la bendición, volvimos a sentir el cosquilleo, y los allí presente subimos al cielo durante una hora y cuarto, hipnotizados por el doom penetrante, por la Música eterna. Flashes y cuellos desorbitados. Máxima concentración de los mensajeros del señor, que continúan en este tour con una puesta en escena brutal, diferente, propia y majestuosa. Se meten tanto en su papel que hechizan a los que presencia tal representación, teniendo esa sensación de saber que actúan tal y como requiere el tipo de música que tocan. Es envolvente y atronador. Como en los diferentes momentos bíblicos, alegría, sosiego, templanza, sufrimiento y dolor, rabia e ira, se congregan en la misma canción para llevarnos a los distintos pasajes de Jesús. El dolor de una madre, también resurrección.
Transcurría a saco el directo sin tregua, haciendo repaso al repertorio, tanto de He como de She, y, como era natural, de los nuevos himnos de IT. Así, se vivieron grandes momentos cuando sonaron, entre otras, Lucas I, 26-38, o Love your enemies (…), temas con una ganancia brutal y ensordecedora en directo. El protagonismo y personalidad de cada miembro de esta santa banda se percibe tanto en las grabaciones de estudio como en el escenario. Cada uno con su fuerte, cada uno con su grandeza. Al margen, del virtuosismo musical, Sky Bite sigue creciendo como animador y su máxima interacción con el público, un espectáculo. Weasel Joe es una dinamita con la guitarra y transmite a la perfección lo que necesita la canción en cada momento: a sus pies. Reaper Model, encargado de las maravillosas portadas, y de las baquetas, es otro espectáculo en representación y puesta en escena, además de un formidable batería. Y al que todos teníamos ganas de ver en acción era Reverb Myles, el nuevo miembro, que trata la guitarra con una impecable sabiduría y, como ya ellos mismos nos adelantaron, no necesita adaptación.
En resumen, la homilía del pasado sábado fue un regalo para los oídos de los afortunados que allí no congregamos, en una preciosa sala, con un espacio y un sonido a la altura que se merece tan inmensa banda. Una noche redonda que continuó en after-party en el Rooster rock bar, soltando temazos a mansalva. El único momento de tristeza fue cuando terminó la misa (que se nos hizo muy corta), esa misa que nos encanta y que ya estamos esperando volver a repetir, como siempre, con estos cuatro mensajeros de Dios de túnicas blancas, cuando el sol se ponga.
POR: ADRIAN MADUEÑO ALARCON