El sábado 1 de diciembre fue el III Speakon Rock Fest, con un cartel que denotaba variedad, alta profesionalidad y, sobre todo, calidad a un precio bajísimo: 5€ anticipada y 7€ en taquilla. Las bandas eran Hábitat, The Tractor y OseZno. Apuntamos que esta productora siempre está pendiente de lo que ocurre en escena, sin ir más lejos, en su momento fueron los primeros en traer a Sevilla a “El lobo en tu puerta”. O sea que ojo tienen para montar sus espectáculos.
Todas las bandas muy cercanas a quien escribe, bandas con las que he compartido horas y horas de charlas y de kilómetros hablando de música, la vida y, claro, de fiesta. La cita era en la Sala X, lugar que considerado el que mejor suena para este rock tan trabajado y de alta virulencia y calidad. Los técnicos de la sala hacen que todo sea más fácil porque se lo toman en serio, con cariño y profesionalidad.
Abrió en su hora Hábitat, el aforo fue el mismo (prácticamente) toda la noche, en torno a unas 100 personas. Cierre de gira de su trabajo “En algún lugar”, y una anunciada pausa para terminar de componer su segundo disco. Un par de días después nos enteraríamos de que el bajista dejaba la agrupación por motivos personales, un cierre, como decíamos, completo para mucho. La carga emotiva que me liga a este grupo supera lo profesional. Hablar de ellos no es difícil, pero sí complejo. Los he visto en su primer directo (en la misma sala) y en otros tantos conciertos. La evolución, el cambio que han hecho es tan notable, tan alevoso, que no puedo esperar a oír más de lo que viene. Hace poco publicamos una entrevista Hábitat y sus expectativas con respecto a este concierto.
Han sido superadas con creces, porque el despliegue del vocalista puede calificarse como altísimo, arengando a la gente, llevando adelante la adrenalina en un set que a veces puede jugar un poco en contra por su cambio de ritmo, pero se olvida por completo a la hora de coordinar rítmicamente el conjunto en sí de personalidades. Se les puede pedir a las guitarras tal vez un poco más de despliegue sobre la escena, ya que el juego de luces hizo algunos momentos más que memorables. Batería y bajo son un show aparte que alimenta las ganas de saltar y mover la cabeza con el sonido que generan, esa oscuridad que se completa con las letras y la intensidad te hace querer que no acabe el show. Tocaron casi íntegro el trabajo en cuestión y, repito, fue una despedida más que digna, canciones como “Hábitat”, “Demasiado tarde” o la maravillosa “Tiempo” son el punto fuerte del set. Luego las introspectivas “Como ayer” o “Siempre contigo” llenan tus ojos de esa ilusión que te hace agradecer que canten en español y sean tan cercanos. Luego el puente metafísico diría con Desde Cero, canción que cierra el disco y que avisa que, lo que vendrá, es diferente, es un salto evolutivo lógico del hábitat en el cual se hacen una banda prolija y no encasillable. Por eso cuando estrenaron la canción “Un día más” quedó claro que la tendencia de la banda es ser más agresiva, más aguerrida pero sin perder la línea armónica que la hace especial y distinta. Primer sobresaliente de la noche.
A continuación salieron a escena The Tractor con su repertorio tan propio y lleno de oscuridad. Su rock industrial, lleno de distorsión, también fue un deleite que estuvo acompasado con las luces, el humo y esa línea de sonido tan onírica a veces. Abrieron con una de mis favoritas Teddy thoughts, dando el pistoletazo de salida a una atmósfera que, aunque algunos digan que es apático, en verdad ayuda a recrearse en todo lo que la banda transmite con esa actitud de temblores vespertinos. El set fue ajustado a 35 minutos que valieron para entender un poco el proyecto, la seguridad con la que pisan y caen sobre la gente. En una sala, de verdad, la banda te va asfixiando con sus acordes, con la presencia del bajo casi al frente en muchas oportunidades. La guitarra sabiendo hasta qué punto jugar con la distorsión para que no se pierda en una bola de ruido, y se convierta en una masa de electricidad que ni te permite acercarte a la barra a pedir una copa para ahogar esa melancolía que te generan. Las comparaciones las odio, pero es como si hubieran cogido algunas neuronas del mejor Billy Corgan y les hubieran hecho una autopsia para traerlas a nuestra ciudad. Otro sobresaliente para una noche que merecía haber sido presenciada por más público, por más medios, también, que recordaran a la gente este último gran espectáculo del 2018.
Cerraron OseZno, otra banda muy cercana para mi. Tienen tanto odio encima, tanto desprecio por lo establecido que toman todo lo que han escuchado y los ha formado como músicos. Arrancaron con un riff que rompió la sala, el bajo y la batería son un muro de cemento que se va levantando en unos instantes para que sepas y notes contra qué te la pegaste esa noche. Y luego la voz, rota, de sociópata que sabe de forma certera que va a pillarte más temprano que tarde. Hablar con ellos aclara mucho el panorama a la hora de escribir, porque uno sabe que no hacen las cosas por casualidad. Que cuando están debajo del escenario hay nervios, cierta presión y una actitud de vivir el rock como se debe: bebiendo y relajado. Pero suben y todo cambia. Se entregan con todo al público. Sin dudas, con calidad sobrada. Algunos los comparan con Southern Rock. No. Puede que la actitud y la fuerza te haga pensar y recordar a Pantera, Down, pero el sonido es otra cosa y, las letras, claro, son más profundas y están bien armadas. Si tuviera 13 años, y los escuchara, cambiarían mi vida, así que ya sabés, si tenés algún sobrino que quieras iluminar, las navidades están cerca. El set se compuso de los temas de su trabajo debut con el cual han hecho más de 50 conciertos a lo largo de España.
Canciones como “Qué soy yo” “Despierta” son odas que convierte a cada integrante en hilo conductor y personaje principal del evento. Luego pasean con “Esencia” dejando que tomes un poco de aire y, ese muro de concreto que levantaron al principio, lo demuelen encima de tus huesos con las canciones “Balas de fuego y sal” y “Quien”… Te sepultan del todo con “Una historia”, se despiden, agradecen y cierran el telón de una noche perfecta. Me han comentado que lo próximo que están trabajando será más agresivo y oscuro… ¿De verdad? Pues espero haber visto ya más directos como este que ha pasado por Sevilla, espero que la gente despierte y se dé cuenta de que el rock está más vivo que nunca… aunque pocos quieran verlo, oírlo, sentirlo.
CRONICA: Sebas Abdala
FOTOS: Sebas abdala