November Metal Fest (Endgame + Nocturnia + T 34 + Llama Eterna)
Un año más, me presentaba en el November Metal Fest. Pequeño festival que se ha convertido en un referente del Heavy Metal en la ciudad de Vitoria-Gasteiz. Cuarta edición (yo es la segunda que presencio) y muchas ganas de volver poco a poco a una escena “normal”.
Con puntualidad británica salen al escenario los ENDGAME. He de confesar que no los conocía hace quince días. A raíz de verlos en el cartel había curioseado por sus redes sociales y había visto algún video. La verdad, muy fuera de mi estilo. Sin embargo, fue una grata sorpresa el show que dieron. Con un sonido muy fino, una voz más trabajada que en las grabaciones que había oído, y sobre todo con un set muy ensayado y una compenetración sorprendente. Disfruté de la banda más cañera de la noche, que a pesar del escaso público de primera hora, hicieron lo posible por ganarse a los asistentes.
Según los comentarios que pude compartir con algunos asistentes; habían tenido una clara mejora desde la última vez que pasaron por esta sala en primavera. Una muy grata sorpresa y un grupo al que hay que seguir la pista.
Después de una parada para los cambios en el backline sorprendentemente breve, salían al escenario los Nocturnia. Esta noche en formato reducido, ya que la última vez que los vi eran seis y hoy comparecían en el escenario solamente cuatro.
Iba llegando la gente, y ya estos pudieron dar su show con la totalidad de los espectadores de la noche. La Urban se presentaba a medio gas, según me comentaron la gente de Gasteiz con la que charlé; había otro evento gratuito en la ciudad relacionado con un motero que había fallecido, y también se quejaban de que esta misma semana los Iron Maiden habían sacado sus entradas de ciento y pico euros de su show en Bilbao. “El impuesto al heavy vasco”, como se refirió a la compra de la entrada de Maiden uno de los gasteiztarras presentes, había descuadrado los presupuestos para eventos y había sido hacía escasamente cinco días.
Nocturnia ofrecieron un show sólido, demostrando que ya tienen unos años de experiencia y más kilómetros a la espalda de los que pueden recordar. A pesar de este formato reducido, el sonido fue contundente y ofrecieron un show de alta calidad, con su “chispa” con la pirotecnia y todo. Repasaron algunos clásicos y vimos a su vocalista disfrutando sobre las tablas y dándolo todo. La despedida les quedó un poco brusca (o igual me pillo despistado), pero vamos, dijeron “adiós” y se apagaron las luces. Ya se sabe, que en este formato de festival el tiempo del que disponen los grupos es muy limitado, y estos tienen que aprovechar al máximo para ofrecer el mayor número de canciones y dejar al público con buen recuerdo. Ne esta ocasión: conseguido.
T-34 salían al escenario, para ofrecernos la parte más clásica de la noche. Ya me había cruzado con ellos, y su proyecto de resurrección de un grupo de los setenta, una vez antes. Heavy Metal clásico, contundente, sin parafernalia. No hace falta contar que “jugaban en casa”, y gran parte del público asistente llevaba sus camisetas, y se volcó cuando ellos salieron. Corearon sus canciones y los arroparon a lo largo de todo su set. Ofrecieron un puñado de canciones de su disco debut, y algunos temas nuevos a su audiencia. Pusieron la guinda con Zorrostiaga Salón, canción heredada de esta primera aventura en los setenta, que la gente coreó, y terminaron su set con Reignición que da título al nuevo trabajo. Actuación sin pegas. Algunas partes vocales un poco forzadas, pero los cuatro músicos a cargo de los instrumentos mostraron una solvencia que solo la dan los ensayos frecuentes y el sentirse a gusto sobre las tablas.
Después del correspondiente cambio de set, cuando ya esperábamos algún tipo de introducción épica, sale a escena Alberto Rionda a hablar. Mal rollo. Algo ha pasado. ¿Cancelación?
Nos cuenta que el batería habitual del proyecto Llama Eterna está hospitalizado. Han llamado a última hora a Alain Diez, que se ha venido de Bilbao. Total, que se van a hacer el bolo con un batería con el que jamás han tocado, ensayado… ni nada. Se enteró a las 15h de que a las 23h tenía bolo. Tiran de patriotismo y de que los vascos “son la hostia, pues”, y aplauso general.
Y así empieza Alberto a con el inconfundible riff inicial de la Llama Eterna, y todo para adelante. ¿Se notaba la circunstancia del batería de repuesto? Por supuesto. Los que conocemos los temas nos dábamos cuenta de la improvisación del momento. Además entre ellos se miraban continuamente para darse indicaciones. ¿Fue por esta circunstancia un mal concierto? En absoluto. La gente se involucró, cantó y disfrutó de lo que Lozano, Rionda y los suyos traían bajo el brazo.
Por supuesto que el set sufrió modificaciones, y se marcaron unos clásicos de AC/DC, Deep Purple o Queen que dudo mucho que estuviesen planeados. Pero se agradece el esfuerzo de la banda por no cancelar y hacer que la gente pasará un buen rato en esta noche de metal.
Estoy encantado de volver a este festival, y espero que tenga más ediciones porque se va convirtiendo en sinónimo de calidad.
Texto: Pablo Balaustrada
Fotos: Paula To Tsuki