Después de su último trabajo en 2016 (Sententia), el cuarteto onubense de heavy thrash Cenizas del Edén vuelve a la carga con un nuevo trabajo, Extinción.
Es un disco con 10 cortes, el primero de ellos, III Humo y Cenizas, es una introducción de poco más de minuto y medio en el que se combinan unos sonidos de toques africanos que luego, a la mitad, se van como “transformando” en la preparación de lo que se avecina después cuando el disco rompe con Jódete para dar rienda suelta a lo que siempre ha sido característico en el grupo: una apisonadora.
Las letras se mantienen en lo que siempre les ha caracterizado a ellos: la denuncia social sobre los problemas de racismo, homofobia, machismo y demás lacras que inundan (aún por desgracia) nuestro y otros países del mundo. Como siempre es habitual también en ellos, la voz melódica (con alternación de registros rasgados alguna que otra vez) de su cantante y guitarrista David.
En el tema instrumental, que podemos decir de este género que todos conocemos, estos chicos saben cómo dar cera de la buena con Joaquín a la batería con unos ritmos que, o bien son una auténtica ametralladora, que pueden ser “un poco” más lentos, con un bajo que, como dicen ellos en Arden “cae por su propio peso” de lo bruto que suena con algún que otro solo disperso de poca duración, pero que le da a los temas un toque muy bueno, además de darle relevancia a uno de esos instrumentos que pasan tan desapercibidos a la hora de escuchar un tema de un grupo. Con respecto a las guitarras de los hermanos Muiño (David y Dani), los riffs recuerdan mucho a la época del Master of Puppets si pudiera darle algún símil.
Ya entrando un poco más en materia del análisis del disco tema a tema, Prisión Mental puede llevarte a una danza mental que luego en concierto puedes transformar en mosh y en headbanging a la vez. Un Nuevo Edén da contrastes al ser un tema en el que escuchamos a David en solitario con una guitarra acústica pero que se alterna con los sonidos eléctricos con el grupo al completo, ya que ellos suelen ser muy asiduos a hacer este tipo de canciones, pero sin dejar de lado en ella la letra de lo más reivindicativa. Nada que perder es uno de esos temas que va a hacer que la gente “se mate” en sus conciertos de lo brutal que es creo que no se puede decir más con menos palabras. Con Réquiem cierran el disco de una manera sublime, los efectos de guitarra, el ritmo de la batería y el bajo y las voces para decirle a los de arriba que los de abajo se están cansando y que llegará el día en que se levanten para desbancar a los de arriba que lo tienen todo.
En resumidas cuentas, el grupo estuvo un par de años de gira con lo que fue su anterior trabajo, se encerraron en el local para darle forma a “una criatura” que es muy homogénea a la par que muy impactante. Esperemos que tanto el disco como la gira de presentación de su disco tengan muy buena acogida porque desde luego la merecen.
POR: GUILLE SÁNCHEZ