TRALLERY VUELVE CON ISOLATION
Después de una larguísima gira que les ha llevado por casi todo nuestro país y alguno que otro del extranjero, el trío de Thrash Metal mallorquín Trallery vuelve a las andadas con un nuevo trabajo bajo el brazo, Isolation.
Desde luego, lo que más me ha sorprendido es que la gente que escuche este disco debe tener una cosa muy clara en la cabeza: que no se esperen un sonido igual que el anterior (Spiritless). El por qué es muy sencillo, se aprecia una evolución y una investigación de nuevos sonidos que antes no se habían escuchado pero sin dejar de lado la rapidez y la brutalidad de la que siempre han hecho gala. La madurez desde luego se hace notar mucho.
Este disco está formado por 11 canciones donde Humberto (bajo y voz) sigue demostrando ser un todoterreno en lo vocal por la combinación entre registros tanto desgarrados como melódicos (aunque tampoco mucho) con sus inseparables cuatro cuerdas para echarle una mano a Sebas (batería) a la hora de llevar esos ritmos tan demoledores en los que Biel (guitarra) termina de poner el punto perfecto para la combinación sonora.
Centrándonos en lo que es en sí el propio disco, es muy difícil realizar un análisis individual de corte por corte. El porqué es muy sencillo: este nuevo trabajo es un verdadero canto a la desesperación, a la frustración… un álbum que desde luego desprende oscuridad. La temática es realmente variada en función de la canción que se escuche: la desesperación que puede provocar lo eterno, la frustración de los rumores falsos que se crean…
La musicalidad de este disco es desde luego el thrash de la vieja escuela: la rapidez no lo es todo, ya que la combinación de ritmos que hacen con los contratiempos como puntos de inflexión en las canciones lo hacen muy atractivo para el oído, y con la temática tan oscura que envuelve sus letras, el trío balear ha vuelto a hacer de las suyas por todo lo alto con un disco de lo más completo que, de ser igual que su predecesor, puede darle muchas alegrías a este grupo que cada vez está llegando más y más lejos.
POR: GUILLE SÁNCHEZ