El príncipe de las tinieblas, uno de los padres del heavy metal, Ozzy Osbourne vuelve a sacar nuevo trabajo en solitario después de 10 años después del último que lanzó (Scream) antes de la reunión de Black Sabbath.
Este nuevo álbum, Ordinary Man, cuenta con 11 temas en el que, a rasgos generales, podemos decir que es la despedida del mundo de la música de Ozzy. A diferencia de su trabajo anterior, en este encontramos un sonido mucho más ligero y cargado de muchos mensajes de arrepentimiento sobre los episodios negros de su vida, como ocurre en uno de los temas más especiales de este disco en el que colabora con el gran Elton John y que da nombre a este disco o, aunque sea con una letra oscura augurando un final del mundo del que no podremos escapar en Today is the End. También hay sitio para la nostalgia con Goodbye con esa intro exactamente igual que la de la mítica Iron Man para seguir con un ritmo muy pero que muy parecido.
De todas maneras, sigue habiendo hueco para esa dosis de heavy metal potente que haga mover la melena para todos lados como puede ser con Straight to Hell o Scary Little Green Man, de la cual se usó un fragmento para hacer la promoción del disco con el actor Jason Momoa, declarado gran fan. También encontramos dos colaboraciones más en este disco aparte de la del gran pianista: el rapero Post Malone, otro gran fan del mítico cantante que le devuelve la colaboración con dos temas, el primero de ellos tiene bastante garra y demuestra que este chaval es amante de la música metal en It’s a Raid. Eso sí, la última colaboración no es solamente con Post Malone, también interviene el rapero Travis Scott y, desde luego, este tema de heavy no tiene nada, es un tema de trap (y la verdad no me entra en la cabeza cómo ha incluido esto en su disco), Take What you Want, que para mí sobra porque en realidad pertenece al último disco de Post Malone.
En este disco, además de seguir contando con el genio de la guitarra Zakk Wylde, se ha sabido que estuvo trabajando con el bajista de Guns N’ Roses Duff McKagan y el batería de Red Hot Chili Peppers Chad Smith. No solamente ellos están detrás de la labor de este disco, ya que el guitarrista y productor Andrew Watt también lo está.
Como conclusión final, este disco es, como ya he dicho al comienzo de este análisis, el capítulo final de la larga trayectoria musical de un grande de la historia de la música (aunque ese último tema incluido que no es de su disco sobre). Realmente recomendable para todos los fans metal.
POR: GUILLE SÁNCHEZ