El cuarteto de doom metal My Dying Bride lanzó a comienzos del mes de marzo su último trabajo de estudio, The Ghost of Orion, de la mano de Nuclear Blast Records, grabado en el estudio de Mark Mynett por Mynetaus Productions.
El cuarteto británico vuelve a la carga cuatro años después por los problemas de salud que sufrió la hija del cantante de la banda, Aaron Stainthorpe, y de cómo la bajista del grupo, Lena Abé, decidió centrarse en la maternidad. En este disco, la batería viene de la mano del gran Jeff Singer (Paradise Lost) y toques de violín de Shaun MacGowan.
Con respecto al disco en sí, el disco está formado por 8 temas, dándole una duración de cerca de una hora a este LP. Con la temática doom que siempre ha tenido este grupo, aunque Aaron haya tenido que volver a aprender a cantar (por no hablar de escribir los temas), no deja nada que desear, ya que la atmósfera oscura y solemne que transmite este disco de principio a fin es impresionante. Dentro de este disco se encuentran dos “intermedios” de unos tres minutos de media y un tema de cerca de 6 minutos en los que cuentan con la colaboración de la cantante de Wardruna Lindy Fay-Hella, eso sin contar el corte final de dos minutos para cerrar el álbum. Por lo general, la media de los temas es de unos 10 minutos en los que los fans de este disco pueden estar realmente tranquilos a la hora de escucharlo, ya que puede notarse toques de progresivo (en ciertos momentos me ha hecho recordar a Opeth en alguna vez) en el plano instrumental junto con la alternancia de Aaron en el registro vocal mezclando guturales con melódico. Por poner un ejemplo, To Outlive the Gods mezcla esos registros impresionantes con la unión instrumental de piano, violín y del resto del grupo que hacen que te sumerjas en una burbuja existencial oscura, como puede pasar también con el primer single que lanzaron de este disco, Your Broken Shore.
Lo cierto es que como Aaron se encarga de la gran parte de la composición de este disco, pueda hacer que llegue a hacerse un tanto “monótono” (sin quitarle mérito a este trabajo), por no hablar de las circunstancias que vienen detrás de todo esto y en la que la mayor parte de la temática de este disco es el llanto y el lamento de desesperación tras haber pasado por semejante situación.
Así que, como coletilla final, debo decir que es de alabar la vuelta del grupo que ha lanzado un buen trabajo tras una serie de circunstancias que a más de una persona nos habría puesto el mundo patas arriba.
POR: GUILLE SÁNCHEZ