Tocaba volver a pisar la Sala Even y el miedo que había por las luces de las anteriores veces era bastante grande, para que nos vamos a engañar. Por el otro lado, había ganas de entrar porque ese día eran The Groggy Dogs los que iban a montar la fiesta.
El éxito que iba a haber se podía notar antes de entrar porque, alrededor de una hora antes de la apertura de puertas, ya comenzaba a llegar gente para hacer cola, habiendo por ahí gente vestida de pirata para ir acorde a la ocasión. Si a eso se le sumaba la gente que estaba por los bares de la zona que estaban cogiendo fuerzas, pintaba de estar hasta la bandera.
Al entrar, algo también habitual en ellos, el ver la decoración en el escenario con las redes, los cañones o los esqueletos le daba ya un plus (y eso que aún no había sonado la primera nota). Una de las veces que decidí girar la cabeza, se confirmó lo que pensé del aforo antes de entrar, lo que haría ese día un tanto complicado para poder trabajar con la cámara (aunque tengo que reconocer que en ese día la gente era muy considerada y no tuve problemas para poder moverme).
Llegó el momento que todo el mundo esperaba: comenzó a salir el humo de la máquina y a sonar la música por la línea mientras los piratas iban cogiendo “sus armas”. Y llegó el momento en abrir fuego y soltar los primeros cañonazos. Lo que tiene este grupo es que, cuando les escuchas con auriculares o en el equipo de música, te dan ganas de ponerte a saltar y bailar, siendo mejor aun cuando estás en un concierto de ellos y puedes hacerlo con muchas personas más alrededor que también quieren hacerlo.
Aquello era un no parar, un chute de adrenalina combinado con buen rollismo, por eso no paraba de haber pogos o bailes en la zona del público. Todo ello era posible gracias al pedazo de sonido que estaban teniendo aquella noche y, por suerte, tuvieron el combo completo porque aquella noche las luces dejaron hacer un trabajo decente. Pero volviendo al tema auditivo, este grupo es como lo que ocurre en algunas series de animación: una vez que empieza a sonar a tu alrededor, tienes que empezar a pegar saltos o a bailar de manera automática.
El que fue el momentazo de la noche fue la repetición de algo que ocurrió la anterior vez: Fátima decidió cambiar el violín por el bote salvavidas hinchable y echarse a la mar de gente montada encima para hacer la ida y vuelta yendo en volandas gracias a la gente (aunque tengo que admitir que hubo un momento en el que creí que se pegaba la caída cuando zozobró un poco).
La única parte negativa fue cuando, cerca del final del concierto, la guitarra de Mauro dejó de escucharse durante unos dos temas, aunque por suerte pudo terminar el concierto con sonido para cerrar por todo lo alto un concierto en el que los cinco piratas vinieron a saquear la sala aquella noche y vaya si lo consiguieron, porque tuvieron al público en la palma de sus manos desde el segundo 0 hasta el último.
Algo que es increíble de ver (y da rabia tener que ponerlo) es que un grupo que nació en plena época de la pandemia, esté llenando las salas en Sevilla como las llena, ya que su apuesta musical no se encuentra mucho por aquí y sus directos son una apuesta asegurada para gozar de buen sonido, buen ambiente y altas dosis de energía. Por eso, si alguna vez aparecen carteles por tu ciudad de que esta banda de piratas van a abordar una sala cercana donde vives, no te lo pienses dos veces y hazte con la entrada para disfrutar de lo lindo.
SETLIST THE GROGGY DOGS
- The Roaring Seas
- Ten Thousand Miles Away
- The Coast of High Barbary
- Last Night’s Grog
- Druken Sailor
- Katie Bar the Door
- Grog’s Reel
- Botany Bay
- The First Grog
- Go to Sea
- The Dreadnought
- Grog Party
- Old Maui
- The Wise Grog
- All for me Grog
- Leave her Johnny